miércoles, 25 de julio de 2007

CONFIANZA vs DECEPCIÓN


Me gusta recordar, aunque no lo hago con la asiduidad precisa, que es importante llevar a la practica la observancia del artículo 1º: "Conocerás al personal". No aparece en ninguna Constitución, decálogo o similar, pero desde bien niña tengo grabado en mi cabeza el artículo 1º pues, en múltiples ocasiones, un amigo de mi padre lo repetía agitando el dedo índice y provocando en mí una sonrisa que no me cabía en la cara...
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que esa voz y ese movimiento dactilar de advertencia hicieron acto de presencia, pero el devenir de los acontecimientos y experiencias con el resto de mortales que han pasado por mi vida ha traido a mi memoria el eco de esas palabras, de esa advertencia... la vigencia sempiterna del artículo 1º.
¿Por qué nos decepciona el prójimo? ¿Por qué nos disgustamos tanto cuando alguien no actúa como esperábamos? A esta fecha, yo sé a ciencia cierta, que no podemos amar a quien no conocemos; tal vez sea yo capaz de demostrar cariño, simpatía, educación, comprensión... hacia una persona, pero si no la conozco, no soy capaz de amarla.
La parte negativa de aplicar el artículo 1º es lo recelosa que me vuelvo, pues el grado de confianza que pueda depositar en alguien es directamente proporcional al grado de decepción que puedo llegar a sufrir... así que prefiero desconfiar para protegerme de ese agrio sentimiento, ya no me arriesgo, pero estoy convencida de que así también puedo salir perdiendo.
Busco el equilibrio entre la confianza y la cautela... y si lo encuentro, lo haré saber.

No hay comentarios: